DISCIPLINA POSITIVA – Marisa Moya
Hay muchas personas a las que admiro y al mismo tiempo hay dos que me han enseñado a amar y respetar a la infancia. Respetarla, cuídala, defenderla e intentar cada día levantarme con ganas de cambiar el mundo.
Una es Mar Romera, «seño», pedagoga, presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci y una de las más grandes personas involucradas en la defensa de los derechos de los niños y niñas.
La otra, de la que os voy a hablar hoy, es Marisa.
Marisa Moya, maestra, psicóloga, directora de la escuela infantil Gran Vía en Madrid, embajadora de la Disciplina Positiva en España. Otra persona enorme, que cuida como nadie a las niñas y niños, que es capaz de mirarte y traspasarte con sus rayos láser y consigue hacerte pensar, sentir, y emocionarte con cada una de sus palabras.
Hace poco tuve la suerte de poder disfrutar de una de las certificaciones que Marisa imparte en toda España, y como siempre salí con las pilas bien cargadas, y la jarra bien llena, con la intención de ser cada día mejor madre, de parar, observar como se siente mi hijo con cada una de mis palabras y con cada uno de mis silencios, de repensar, y dar espacio, y seguir observando y mejorando el grado, el momento, el propósito y el modo de dirigirme hacia el y hacia cada persona con la que me cruce en el camino. Y como decía Aristoteles:
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”
Para eso necesitamos entrenamiento, y como Marisa siempre nos transmite muchas veces esto requiere…
PICO, PALA Y A VECES… RETROEXCAVADORA.
No podemos levantarnos una mañana, ir a un taller o certificación de DISCIPLINA POSITIVA y salir convertidas en otra persona. Casi todo en esta vida es cuestión de practica así que seguiremos practicando.
Seguiremos practicando, porque cada día tenemos muchos momentos y oportunidades para observar y repensar por ejemplo qué es un mal comportamiento, qué impacto tiene el castigo, qué impacto tiene el premio, no digamos ya los enfados, los gritos, las exigencias, la urgencia.
E intentaremos construir la conexión, la pertenencia, el respeto, siempre con cariño y firmeza. Porque…
La clave de la disciplina NO es el castigo sino el respeto mutuo.
Porque con la Disciplina Positiva desarrollaremos autodisciplina, responsabilidad, cooperación y habilidades para resolver problemas.
Sí, porque para ayudar a nuestros hijos e hijas a conseguir todo eso, primero debemos aprenderlo nosotros, y si yo quiero hacerlo es cuestión de practica, y si tu quieres hacerlo, deberíamos ver cada situación incomoda, cada “mal comportamiento” como una nueva oportunidad para conseguir nuestro propósito.
La Disciplina Positiva se fundamenta en la filosofia de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Y son Jane Nelsen y Lynn Lott las creadoras de este programa.
Son cuatro, los criterios de la Disciplina Positiva, cuatro preguntas las que podemos hacernos:
1.- ¿Somos gentiles y firmes al mismo tiempo? (Respetuoso y motivador)
2.- ¿Permitimos que las niñas y niños tengan un sentimiento de pertenencia e importancia? (Conexión)
3.- Nuestras acciones y decisiones ¿Tienen efecto a largo plazo? (El castigo funciona a corto plazo, pero tiene efectos negativos a largo plazo)
4.- ¿Enseñamos habilidades de vida y sociales valiosas para un buen carácter? (Respeto, interés por los demás, capacidad para resolver problemas, responsabilidad, aportación, cooperación).
(Adaptado del libro Disciplina Positiva de Jane Nelsen)
No hay nada tan importante como para hacer daño a un niño. ¡¡¡PARA!!!
Las prioridades infantiles, rara vez coinciden con las del adulto. Tratemos el presente como una oportunidad, una inspiración, un gimnasio para aprender a vivir. Nacer, no es suficiente, hay que humanizarse si es usted un ser humano. Lo importante es cambiar la mirada sobre la vida. Venimos de fabrica con la necesidad de conectar con otros, lograr pertenencia. La grandeza, nos la da reconocer nuestra propia vulnerabilidad. Hay que llamar al corazón para poder llegar a la mente.
Marisa Moya.
Este próximo año son tres las certificaciones que Marisa, realiza en Navarra, en el colegio publico Mendigoiti. Os dejo los enlaces con el deseo de que la Disciplina Positiva os haga la vida más sencilla y llena de respeto, donde el lenguaje de Amor sea una practica diaria.